Con un texto escrito allá por abril del año 2000, titulado Saturnal, el primero de una serie de más o menos 40 relatos de breve extensión que escribiría en los próximos dos o tres años y que en su momento consideré ‘serios’ aunque no por ello publicables, da inició mi libro GÉNESIS Y ENCIERRO, recientemente publicado por Editorial Cultura. Un libro que surgió luego de una selección lenta y exhaustiva, a través de todos estos años, y que ahora, gracias a la voluntad y oportunidad ofrecida por Francisco Morales Santos, por mediación de la siempre generosa y atenta Vania Vargas, por fin ve la luz en Guatemala, hecho impensable incluso en el año en que decidí poner punto final a dicha selección (2009) y esperar a que, más adelante, surgiera una oportunidad para sacarlos del cajón y que no quedaran así en el olvido. Un libro relativamente pequeño con temáticas acaso de índole antropológica y existencialista, y que además de suponer un rescate, supone un paso importante en mis intentos literarios. Debido a la distancia que me separa de Guatemala, aún no he podido tener en mis manos ningún ejemplar; sin embargo, ello no me impide compartirles en esta oportunidad dos o tres textos que ilustran, de alguna manera, lo que el lector/a puede encontrar en este libro y que, de alguna manera, despierte el interés por adquirirlo.
1. LA NOTA DEL AUTOR
Más que una ‘nota del autor’ se trata más bien una suerte de justificación o aclaración que escribí mientras realizaba la selección definitiva, y que sopesé incluir si alguna vez, en el futuro, estos textos podían ser publicados. Dichas líneas resumen, de manera muy general, mi visión sobre el porqué de estos 21 textos, su ‘génesis’, su naturaleza y del valor que tienen para mí más allá de todo rasero literario y/o estético. No lo explico, pero el título del libro remite, precisamente, a ese inicio, a esos primeros acercamientos con la escritura narrativa (Génesis) en los que opté por esbozar ideas e imágenes en la tranquilidad de mi cuarto (Encierro) durante horas y horas. Ésta es la nota, al inicio del libro:
Querer justificar algo de lo que el lector encontrará a continuación, en este caso, no es un recurso frívolo para sustentar las carencias literarias y/o estéticas que posiblemente aparezcan con cierta renuencia. El ímpetu de la juventud, la necesidad de encontrar una manera de expresarme durante esos años y de hacerlo sin atender tanto a las formas y a los resultados son los factores que sustentan la naturaleza de los textos que conforman este libro. Siempre los he querido ver como ejercicios de la imaginación y/o ocurrencias, más que como cuentos cortos o relatos. Quizás sean más bien escenas. Momentos. Situaciones. Bocetos. Alegorías. Ahora los veo como una selección de fragmentos de la vida de pseudo personajes en donde pretendí reunir y plasmar ideas, deseos, necesidades, preocupaciones, sentimientos, intenciones e impresiones sobre lo que en esos años me rodeaba, sobre lo que me ocurría, sobre lo que observaba; todo de manera personal y espontánea. Por lo tanto, la negativa de dejarlos a la deriva, de olvidarme de ellos y de traspapelarlos —me atrevo a decirlo— responde más a un valor sentimental que literario. Asimismo, de finiquitar una etapa, de cerrar un ciclo. Sean vistos, no obstante, como el lector quiera verlos.
Madrid, 2009
2. EL PRÓLOGO
Para mi sorpresa, fue el mismo Francisco Morales Santos quien me comunicó la intención de que Javier Payeras escribiera una nota alusiva o un prólogo para el libro. Tomando en cuenta que tengo a Javier como uno de los escritores jóvenes más destacados de Guatemala, con una voz propia y consolidad, referente de escritores emergentes, y con un compromiso fehaciente con su escritura y con la literatura propiamente dicha, me sentí inmerecidamente halagado y a la vez agradecido. He aquí las palabras de Payeras:
UN ESCAPARATE NEÓN
De aquí hasta Chéjov existe un largo recorrido a pie. No es sencillo escribir relatos de esa manera. Acaso quienes han recibido La cátedra rusa del cuento, pueden aceptar con toda la modestia del mundo que poseen el sencillo código de la claridad efectiva, esa que nos muestra un fragmento de la vida común como un complejo suceso.
Un autor no debería tratar con historias rebuscadas, sino buscar lectores inteligentes. De eso que nuestros primeros intentos narrativos siempre terminen en disecciones sentimentales acerca del “mal”, la soledad, el suicidio, el espanto o “el amor verdadero”, retórica que en el escritorio de los verdaderos artistas —aquellos completamente honestos consigo mismos— acaba arrinconada en los legajos de una vergonzosa y exhibicionista ingenuidad literaria.
Así, encontrar la fórmula chejoviana para escribir un buen relato es una de las cosas más difíciles: seleccionar un fragmento de vida que pueda asimilar toda la constancia y toda la fluidez imaginativa de quien lo escribe y de quien lo lee; luego hacer que permanezca en el espacio común de expectación y de asombro que es la memoria. Nada más y nada menos que eso.
Estos meros apuntes anteceden a un libro: Génesis y encierro de Rafael Romero. Una armazón de relatos codificados entre relatos breves y observaciones. Un escaparate neón para literaturas fantásticas y frescas patologías. Perfecta disección del cinismo y de la epifanía. Será porque comparto muchas de sus referencias literarias, o porque encuentro muchos fragmentos de espejo que al leerlo me reflejan, que me parece un trabajo narrativo sin desperdicio de sabotajes retóricos y sin la nostalgia lírica añadida a tanta literatura adocenada que, en las estanterías de las librerías, nos venden como “novedades editoriales para lectores jóvenes”. Rafael Romero está en la esquina de los autores que respeto, los que hacen libros magros y precisos, porque, al igual que Chéjov, aprendieron a decirlo todo, sin gestos exagerados y apenas abriendo los labios.
Javier Payeras
Mayo, 2011
3. A PROPÓSITO DE FILGUA
Coincidiendo cercanamente con la presente edición de la Feria del Libro de Guatemala, el Diario de Centroamérica incluyó un Especial FILGUA en su publicación de todos los viernes: La Revista. Ahí, entre varias novedades editoriales, apareció GÉNESIS Y ENCIERRO. Y esto era lo que decía al respecto:
Es un conjunto de relatos breves con una diversidad de personajes y situaciones que van de lo real a lo fantástico. El autor plantea una forma diferente de ver temáticas diversas como la muerte, que puede llegar a explicarse desde el punto de vista menos esperado. Sin embargo, toda la creación de situaciones sorprendentes no deja de lado la descripción de emociones y conductas propias de la condición humana. En esa línea se tocan aspectos como el amor y la obsesión, sin dejar de lado el egoísmo y la capacidad de las personas para dañarse o dañar a los demás. A lo largo de las más de 20 narraciones que ofrece Romero será fácil encontrar varios motivos para sentir sorpresa y, luego de meditar durante algunos instantes, iniciar la lectura de la siguiente.
CODA: GÉNESIS Y ENCIERRO se encuentra disponible en Editorial Cultura, Casa del Libro (interior Casa Cervantes) y Librería Sophos (Plaza Fontabella). Diseño de portada: Álvaro Sánchez. Fotografía del autor: Javier Uclés. Prólogo: Javier Payeras. Nota final: Vania Vargas. Agradecimientos especiales a: Cristina Rodríguez Fernández, Julio Avendaño, Tania Hernández, Jorge Cabrera y Francisco Morales Santos.
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